dijo Urdapilleta:
El discurso gay me parece un mamarracho maricón. Incluso la palabra "gay" me parece una pelotudez. Soy puto. Prefiero vivirlo como una perversión. Me divertía mucho más la época en la que íbamos a los cines del centro, que eran cogederos de verdad. Buenos Aires era genial, había mucha represión, había fiestas que armaban canas tortas en galpones de Villa Adelina. Y era todo sottovoce, clandestino, pero lleno de putos y chongos de toda calaña y calibre. Ejercer la homosexualidad era una cosa subversiva porque ibas preso de una. Y es que además del sexo, estaba ese plus de hacer algo prohibido. Descubrir otra cara de la gente: que tal caretón de Barrio Norte tenía otra vida, por ejemplo.
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