Qué genial esto de haber podido coordinar laburo y estudio. Además no tuve que sacrificar mi buena predisposición hacia los clientes (aunque si me preguntan más de dos veces lo mismo porque "no entienden", puedo llegar a inquietarme) sino simplemente mi horario de almuerzo, el cual se arregla con veinte minutos de café. Sigo terriblemente endeudado con Pompeii y ahora lo entiendo al amigo Gilles cuando habla de las sociedades de control, en las cuales nos endeudamos endeudamos y endeudamos sin casi darnos cuenta. Sepsto año se zarpa en bueno, con materias interesantes y el Barba Rinesi en sociología, que es como lo más de lo más inalcanzable. Sociología estética y todas cosas bonitas.
miércoles, marzo 28
domingo, marzo 25
El devenir-moka del capu
No hubo capuccino sino mokaccino y estuvo muy rico. Que se curta la presentación.
No sirven para nada.
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