martes, mayo 29

mucho frío hizo hoy

Con este frío de mierda que está haciendo ya nadie entra a la librería. Hoy no recuerdo haber hecho más de cuatro facturaciones. Además llamó el jefe y nos basureó porque no atendemos el teléfono. Darling, el teléfono está roto, o sea, no suena. Esto deriva en situaciones graciosas/desgastantes/extravagantes como que uno levanta el tubo para hacer una llamada y del otro lado se escucha la respiración de un cliente que te va a preguntar por no sé qué libro de mierda de computación y uno en vez de saludar con el 'heil hitler' del capitalismo tardío ("librería, buenas tardes...") atina a soltar un desesperado "hola..?".
Bueno pero nada más calentito que la librería en estos días tan horriblemente fríos en los que uno sale a la calle para satisfacer sus deseos masoquistas y caminar media cuadra para sentir el polo norte en el bolsillo. Uno se tiene que quedar en la cama calentita porque no da salir y enfrentarse al frío de la habitación, así que uno se queda dormido levantandose media hora después dando gracias a la virgen de que justo ese día uno entra una hora más tarde. vestirse, cagarse de frío, preparse un desayuno rápido, cagarse de frío, estaría bueno no cagarse de frío la próxima campaña política. Si algún candidato presenta eso, yo lo voto. Después ponerse los cuatro kilos de ropa para no cagarse (un poco más) de frío. Desgraciados.
Después uno llega al colegio para acordarse de que está la prueba de economía y acordarse de que mejor no entrar, mejor rendirla el jueves con más conocimientos incorporados y más horas de sueño y quizá si se lo proponemos al jefe, un día de estudio para afianzar conceptos. Así que uno no entra y se queda fuera del aula, se va a comprar un capuccino, se frusta una charla con el kiosquero que se muestra muy ocupado arreglando la máquina de cafe, uno se sigue cagando de frío pero se sienta y el culo comienza a delimitar un campo calórico dentro del cual uno podrá moverse con cierta libertad. Los auriculares, un poco de proyecto verona, los temas de siempre. pero qué lindos que son, igual. qué bárbaro al final el tipo no toma la prueba hoy, me doy cuenta porque nadie escribe y el tipo está explicando algo, eso veo desde la ventana de la puerta. mejor hubiera entrado, para qué para quedarme dormido, no, pelotudo para tener la asistencia y guardar faltas para cuando las necesites. bueno, en la hora siguiente entro, total después nos vamos porque el de sociología no viene. suena el timbre y un grupo de pibas me viene a confirmar que la prueba es el jueves. claro, dije, si le faltaba dar un tema. suena el timbre. no era qué ibas a entrar? no, mejor me vuelvo. hace frío y me quiero ir. así que agarro y me voy. vuelvo a cagarme de frío. el subte lo peor del mundo, están de esas señoras feas que te miran como si tuvieras vómito verde en la cara, y después me mira uno con el pelo teñido de azul furioso. los dos terribles energúmenos. qué bueno que yo estoy con mi mp3 y con mis temas pop, mi virus, mi entre ríos, mi bochatón. ellos siguen con sus caras largas y manos frías mientras yo canto o tarareo o simplemente sonrío. podria pasar por la librería cuando salga del subte total tengo la mitad de la mañana libre.

domingo, mayo 20

quiero hacerle un gol a tu corazón (manifiesto camp)

miércoles, mayo 9

música de librerías y pop'filosofía

Hemos logrado un gran avance en la librería. La horrible, asquerosa, melosa y patética música que debíamos sufrir por culpa de una máquina paranoica que lograba que en todas las sucursales se oiga la MISMA música de fondo, fue sustituida por la música que nosotros queramos. Juntando un par de básicos conocimientos de cableado más cualquier dispositivo de música, logramos que los beatles, cerati, los gatos -he aquí un acontecimiento verdaderamente kitsch- y otros tantos sonaran en toda la librería. Otra genialidad de esto es que incluso la gente parece más animada y feliz con la música, tarareando, siguiendo el ritmo con los zapatos o cantando. Igual nada se compara a bailar detrás del mostrador...

En las primeras páginas de sus Diálogos con Claire Parnet, Deleuze dijo que una buena manera de leer, hoy en día, sería tratar un libro de la misma manera que se escucha un disco, que se ve uan película o un programa de televisión, de la misma manera que se acoge una canción: cualquier tratamiento del libro que reclame para él un respeto, una atención especial, corresponde a otra época y condena definitivamente al libro. Las cuestiones de dificultad o de comprensión no existen. Los conceptos son exactamente como los sonidos, los colores o
las imágenes: intensidades que os convienen o no, que pasan o no. Pop'filosofía. Nada que comprender, nada que interpretar.