Hemos logrado un gran avance en la librería. La horrible, asquerosa, melosa y patética música que debíamos sufrir por culpa de una máquina paranoica que lograba que en todas las sucursales se oiga la MISMA música de fondo, fue sustituida por la música que nosotros queramos. Juntando un par de básicos conocimientos de cableado más cualquier dispositivo de música, logramos que los beatles, cerati, los gatos -he aquí un acontecimiento verdaderamente kitsch- y otros tantos sonaran en toda la librería. Otra genialidad de esto es que incluso la gente parece más animada y feliz con la música, tarareando, siguiendo el ritmo con los zapatos o cantando. Igual nada se compara a bailar detrás del mostrador...
En las primeras páginas de sus Diálogos con Claire Parnet, Deleuze dijo que una buena manera de leer, hoy en día, sería tratar un libro de la misma manera que se escucha un disco, que se ve uan película o un programa de televisión, de la misma manera que se acoge una canción: cualquier tratamiento del libro que reclame para él un respeto, una atención especial, corresponde a otra época y condena definitivamente al libro. Las cuestiones de dificultad o de comprensión no existen. Los conceptos son exactamente como los sonidos, los colores o
las imágenes: intensidades que os convienen o no, que pasan o no. Pop'filosofía. Nada que comprender, nada que interpretar.
miércoles, mayo 9
música de librerías y pop'filosofía
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