miércoles, octubre 24

un departamento enfrente del botánico

Unas empandas muy ricas, Rosal de fondo, el gato de ella, toda la tarde en el hermoso living alumbrado apenas por el sol de ayer. También té de rosa de mosqueta, budín de Havanah y este hermoso poema de Juan L. Ortiz que ella, Marilú, me leyó:

¿De qué matiz
abisal ya
la dulzura quieta,
quieta del crepúsculo?

Una dulce y extraña
alma submarina
flotante, o en las cosas como su íntima luz soñada...

Era dulce también estar en ella, ser parte de ella, ser ella...

La inseguridad oscura, los ranchos, el regreso.
La niña en el camino, triste, tras la vaca melancólica.

La vida que se agazapa, dura, e indiferente, sin culpas.
La vida cruel, la crueldad que debe imponerse en la lucha dura.
La crueldad, los gestos duros y sangrientos.

El alma del cielo se azulaba ahora
nocturnamente.

La crueldad. ¿Pero nos volveremos del lado del cielo
y deberemos perdernos en él por siempre
para no saber más de la crueldad?

Oh, no. No es del amor eso, y esperemos
sonrientes, por encima de todo, sonrientes
y prontos a la obra paciente, a la humilde obra paciente.
Seremos en la participación, en la "terrible participación".
Entre las desgarraduras y las llagas y la sangre inocente y las súplicas angustiosas,
traspasados pero atentos, con la honda fe libre aunque algunas veces ella nos duela.

1 notas al pie:

Nene Tonto dijo...

me agrada mucho Rosal, esta semana tocaron en San Telmo.
Las empanadas grossas son las de humita, los gatos son preciososm el té de rosa mosqueta, los budines y los poemitas también.
Hay mucho Oh Dios si usted gusta,
Saludos
P.